Newsletter 7 – Año 2020
Cuarentena: una oportunidad para vivir la esperanza
Mensaje del Padre Eduardo Pérez
Queridos amigos de la Santa Faz de Jesús, esta Pascua fue muy especial. El aislamiento de la cuarentena frente a la pandemia del Covid-19 reforzó el llamado a la oración de cada Cuaresma. Muchos han sentido angustia y soledad en estos días. Muchos experimentamos nuestros límites y pobrezas. Muchos sintieron orfandad e intemperie sin la posibilidad de participar de los Sacramentos. Todos han estado muy presentes en el altar de nuestra capilla. Allí los recordé cada día en la misa, el rosario y la adoración. ¡La Resurrección del Señor es nuestra esperanza! San Pablo nos enseña que, si con Cristo sufrimos, reinaremos con Él.


La vida comunitaria en tiempos de cuarentena
Escrito por José Francisco Reyes G.
Muchos son los miedos e incertidumbres, sin embargo, no han sido impedimento para vivir con normalidad la vida en la Residencia Universitaria Hogar San José. Hoy son ocho chicos, extranjeros y de la Gran Buenos Aires, que conviven intensamente día a día en los quehaceres de la casa y asistiendo a sus respectivas clases online. Los tiempos, definitivamente, han cambiado. Y lo seguirán haciendo. Los días pasan sin parar y empiezan a agotarse las voluntades, la ascesis parece descontrolarse y el sueño comienza a ganar la pelea. Estos son algunos de los hábitos que rondan escuetamente por el pensionado. Tal vez, estas palabras sean abrumadoras, pero si escarbáramos a fondo parecería ser una gran oportunidad, que tiene en vista la valorización del tiempo, y la atención al hermano con una mirada más afable. La situación actual los ha puesto algo susceptibles, pero son jóvenes apasionados y valientes. Han sido capaces de salir de su zona de confort. Si alguno se permite andar cabizbajo, el otro lo sostiene y lo levanta. También, probablemente muchos desean volver a sus hogares y estar a la espera de este confinamiento junto a los suyos. Por ahora, la contención ha sido su mejor aliado, pues les ha permitido sobrellevar cada momento. Que el miedo no les arrebate esta alegría ni le quite la esperanza.






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